miércoles, 20 de julio de 2011

*[Ina]*

Me dijeron el otro día unas chicas a las que acababa de conocer que tengo pinta de no haber llorado nunca por un tío. Decían que aparento pensar "ningún hombre se merece mis lágrimas".
Debe ser que la dulzura se me ha embotellado.
¿Dónde está la Marina que lloraba en la cama?
¿Dónde queda esa Marina?
La que se embobaba mirando a alguien, la que mandaba sms a sus amigos confirmándoles que, efectivamente, era Viernes, la que sonreía esperanzada, la que se enamoró, la que tenía miedo a perder cosas y momentos.
¿Dónde?
Y no estoy triste ahora, de hecho, eso le corresponde a la Marina dulce. Ina le llaman algunos.
Parece ser que el pragmatismo se me ha comido desde dentro, o algo así.
Me da pena que ahora mismo no podáis conocer a esa Marina, yo la echo un poco de menos. Pero, quién sabe, la vida da muchas vueltas, amigos.

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