miércoles, 31 de agosto de 2011

*[Me las piro, señores]*


Porque yo sé que os sigue haciendo la maleta vuestra mami.

*[Matar a Platón]*

Hay días que compro un poemario de Chantal Maillard y vuelvo a casa con un par de zuecos bajo el brazo.
Me encanta esa mujer. Miento. Sí, sí, miento. Puede que sea una santa o una zorra. Me gusta lo que escribe, indepentientemente de si me gusta ella, que no lo sé.


martes, 30 de agosto de 2011

*[Me es difícil escribir cuando no estoy presente]*

Si no me superviso
se me desmadran las ideas
y cuando llego -tarde, como siempre-
han empezado una orgía.
Sin mí.


*[Síntesis de un análisis algo mayor]*

La generación de la guerra
vivió una
y pasó hambre.
Corrieron demasiado
por tierras de nada
con demasiado poco.

La generación del trabajo
(la de después)
creció comiendo
y sudó para hacerlo,
sin confiarse por todo
lo que habían ganado.
El estudio marcó las clases
y escatimó el bienestar.

La generación del estudio
(la mía)
nació ya comida,
de gratis,
narcicista del todo en demasía
con una crisis en el culo
exponiendo
la ignorancia
que cultivamos
con tanto libro.

*[Pálpito]*

Embarazada de mí misma,
dándome a luz a mí misma,
naciendo de mí misma,
en un bucle infinito.

*[Sangre]*

A mí la sangre no me gusta.
No me desagrada el color
                                        [carmín oscuro,
ni la textura
                                        [agua sucia.
El sabor
                                        [hierro, óxido.

Me parece que tengo demasiada sangre dentro.

domingo, 28 de agosto de 2011

*[Natalia, Marina, El Papa]*

Todos sabréis, y los que no, os lo digo ahora, que he estado con mi queridísima amiga Natalia por la capital española.
Os un pequeño resumen en video aquí, y abajo su blog:



http://nat93chapresto.blogspot.com/

viernes, 26 de agosto de 2011

*[Error]*

Pensar que soy lo que menos me gusta de mí misma.

*[Gastronomía esnob]*

¿El menú de hoy, por favor?
Tenemos de plato principal un Ojo de bife con crocante de hierbas”,
y de postre un "Parfait en camisa vietnamita".
O voy a paladar vendado
o muero de inanición.

*[Puntos, aparte]*

Así
Cuantas veces diga
cuantas veces oiga
que estamos en un sitio
porque no hay remedio
DÍGALE
que se enfunde el polvo
y se escurra las armas
ÓIGALE
partir a la tierra
que usted mismo se prometió

*[Yo respiro si me apetece, oiga]*

Cuatro paredes no son nada
si el viento arrecia.
Acaban volándose,
o mis sesos.
Me gusta estar sola
sabiendo que no estoy sola.
Escojo mi cuarto
a la compañía
confiando en que me perdonen
por verles subrepticiamente óbices.
La elección de quien no se sustenta
con cuatro esquinas descamisadas
o se siente poco amada
sin el amor que le proyectan
los otros
que son ella
que son cuatro vientos
una pared
mis sesos,
yo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

*[Yo y yo misma, en ese orden]*

No me consentía contradecirme, por eso de pelearme conmigo. Todos sabemos que las discusiones con uno mismo son las peores, las más violentas, imprevisibles y corrosivas. Basta tan sólo una de esas reyertas con tu persona para que te pases años sin reconciliarte. Lo peor, sin duda, es que no puedes escapar de esa disputa y ni en la cama, antes de dormir, puedes lidiar con tus sábanas. Un tema delicado, hay que decirlo. Yo cometí algunos fallos que me llevan a la situación actual, de catarsis, cuando menos:

Primero la pifié el día que decidí prohibirme la censura. Porque claro, eso es imposible. Estaba cometiendo una gran contradicción y como no sabía hacia que posición decantarme, si a la inhibida o a la deshinibida, acabé escupiéndome a mí misma, que esas cosas pasan.

En segundo lugar me prometí serme fiel siempre. Lo cual es harto improbable si te dedicas a pasearte por las camas de otras personas y pertenecerles más a ellos que a tu propia integridad. Pero claro, es difícil si la vida te da palos y prefieres morder la almohada a quedarte sin lágrimas. Ahí fue cuando me pegué por primera vez una torta. Para avisarme de que el curso de los acontecimientos no me estaba gustando lo más mínimo.

Por último, el principal agravante de todo aquello fue vivir una vida que no era mía. No hablo de fallos como insultar a la madre de un tío que te ha hecho un feo y que esa madre esté muerta. No, tampoco de echarle azúcar a las palomitas en lugar de sal. Ni mucho menos de algo como llegar tarde a tu boda. Me refiero al peor fallo que se puede cometer: deshacerse en las promesas que otros te hacen de tu futuro, pensar que perteneces a un mundo que se te antoja lejano hasta que ves como la vida se te escapa entre las cuatro paredes que te has estado lapidando durante media vida y darte cuenta de que esa no era tu vida y que derruir esos ladrillos significa quedarte sin vida porque ya lo basaste todo en dichos pilares.

Lo bueno de todo esto es que tengo 17 años, a pesar de las ojeras, y que ese último error, aunque mortal, me propinó a mí misma tales puñetazos y redoble de patadas que espabilé y tiré abajo los pocos ladrillos que me había dado tiempo a colocar de forma errática.

En fin, señoras y señores, sed vosotros mismos y llevaos bien con vosotros mismos.

martes, 23 de agosto de 2011

*[Asesinator]*










*[Just before, the sunset]*

- La situación no juega a tu favor, preciosa- le dijo barajando las cartas y mirándole al escote.
- Tengo un as bajo la manga.
- No creo que te sirvan tus ases de corazones ahora.
- Hablaba del as de copas- respondió girándose sobre sí misma en el taburete y llamando al camarero.- Un whisky solo, por favor.




lunes, 22 de agosto de 2011

*[Ains]*

El suspiro no dejaba de rebotar entre las cuatro esquinas del cuarto hasta que abrió la ventana y pudo volar libre. Saltaba de mundo en mundo sin importarle en qué galaxia se encontraba, porque todos y cada uno de ellos, ya fueran verdes, lilas o añiles, no acababan de convencerle. No podía señalar ningún error concreto, y aunque supiese a la perfección cual de todos los visitados era el planeta que más le gustaba, seguía palpando el sentimiento de que en algún lugar habría otro aún mejor. Le daba igual encontrar el 100%. Bajo su punto de vista, ante la completa ignoracia que tenía respecto a todo lo que no conocía aún, siempre cabría la posibilidad de encontrar un 200%, un 500%, un 1000%, y así sucesivamente.
Entró el suspiro en uno de los planetas, con la intención de auscultarlo, cuando se encontró con un suspiro anciano de éstos que nacen cuando alguien termina de subir una cuesta empinada de un pueblo de sierra.

- Bienvenido.
- Hola, gracias. No vengo por mucho tiempo.
- Entiendo...¿De cuánto tiempo dispones? Podría enseñarte esto.
- No lo sé. Depende de muchas cosas.
- ¿Como cuáles?
- Si me siento cómodo o no, principalmente. Y después intervienen otros factores.
- Al menos me gustaría saber tu nombre mientras disfrutamos de tu compañía.
- No tengo nombre.
- Aquí todos tenemos un nombre. Te llamaré Dalmatino.
- No me gusta ese nombre. Me voy.
- ¿No temes el cambio?
- No.
- ¿No hay nada que te de miedo dejar atrás?
- No.
- Qué triste. Eso significa que nada te importa lo suficiente.
- Es cierto, pero no veo el motivo de la tristeza.
- Que tú tampoco le has importado lo suficiente a nada. Nada ha intentado detenerte... Adiós.
- Adiós.

El suspiro se marchó de allí extrañado. Qué sentido tenía un planeta de suspiros y qué demonios hacía un suspiro hablando.

*[Madrid y sus playas]*

Me dijeron que Madrid no tenía playa,
pero salí por Atocha con el bikini puesto
y en el cuello la toalla.
Me tumbé al Sol en Callao
y bajé rodando a Sol sin chanclas.

Me dijeron que Madrid no tenía playa,
pero no fueron convincentes.






lunes, 15 de agosto de 2011

*[Madrid v.1]*

Me voy a Madrid.
Me cago en el Papa, señores. Me va a colapsar la ciudad.
Como si no me colapsara ya bastante la temperatura.
En fin.
Esta canción me vendría mejor si marchara a la playa.
Pero, qué demonios. Me gusta y la pongo porque me da la gana.


Y por si no quedó claro que el blog es mío y hago con él lo que me da la gana... aquí va una de humor negro:


domingo, 14 de agosto de 2011

*[Cataclismos]*

Si me tapo los oídos no escucho. No se me van las horas largas ni los minutos cortos. No me ando con chiquitas ni provincianismos, dejo de dar vueltas en la cama, como es lógico. Empiezo a rimar a diestra y siniestra sin darme cuenta de los peligros que corro. Mi alma lucha cuerpo a cuerpo con todo aquello que se propone dejarme sorda.
Cuando delante de mí no hay más que aire y agua y luz, oigo en mi cabeza el zumbido de cien años de vida. Cierro los ojos y espero a que me despierten.





*[Sentimiento de culpa (A mi madre) ]*

Bueno, seguimos de cumpleaños. Y es que mi padre y mi madre se llevan sólo un día.
Esto se lo escribí a ella el año pasado, espero que os guste:


Ayer por la mañana era sábado
y por la tarde
me pareció apreciar un domingo,
al verte tumbada
y exhausta,
como muchas veces yo estoy.
Pero ayer fue todo el día sábado
pese a descubrir lo humana que eres.

Te llamo siempre que te necesito
-que es todo el tiempo-
para pedirte o llorarte.

Me das y me consuelas
porque es lo que tú necesitas:
El verme vivir.

Cuán egoísta puedo ser
para que, quizá, sólo al irte,
me de cuenta de que me diste
algo que jamás podré darte,
que no es amor
y sí vida.

*[Bic]*



*[Annie]*


*[The Beasts' Carnival]*

- No entres.

...

- Perdona, con esto no quiero decir que no me lo pase bien, que no esté agusto. Es cómodo, ¿sabes?
- Sí, lo sé.
- Es difícil explicarlo.
- Sobre todo si una puerta nos separa.

Abrió lentamente, mientras él la esperaba sentado en el suelo. Cuando sus ojos se encontraron él entró corriendo al baño a vomitar.

- Prefería que no me hubieses visto así- dijo la chica apoyada en el marco de la puerta, desnuda.

Tenía la cara llena de hongos y las extremidades le habían desaparecido, formando bloques macizos. Del pecho le nacían brotes orgánicos a modo de raíces.

- Así que por eso huías- intentaba reprocharle él a la vez que se recuperaba de las arcadas.
- Tienes que irte.
- Sigo sin entender qué demonios pretendes con ésto.

La chica suspiró y, sin atreverse a acercarse al chico, le dejó una entrada en el lavabo, para posteriormente salir de la habitación dejando a su paso una deleznable mancha parda que pringaba el suelo.

The Beasts' Carnival

Se acercó la misma tarde al lugar indicado a la hora indicada. Después de contemplar atónito y aterrorizado un desfile de mutantes, a cual más asqueroso, comiéndose entre ellos, pudo ver a la chica árbol plantarse en el medio de la masacre con deliberada tranquilidad. Una vez se situó en el centro del escenario esperó a que una a una toda la jauría de alimañas le devorasen. No obstante, todas salían despavoridas en el mismo momento que sus lenguas rozaban la piel de la joven.
Él, mudo de miedo, asco y pavor no supo hacer nada. No hizo nada. Se quedó estancado en un asiento sucio mientras el amor de su vida, o lo que quedaba de su humanidad, era masacrado, abucheado, ultrajado, vilipendiado.
Cuando la función terminó no encontró fuerzas para salir de aquella sala. Tenía el cuerpo paralizado, sin embargo su mente actuaba veloz buscando una y otra vez las semejanzas que aquel ser podía tener con lo que recordaba de ella.

- Aquí son carnívoros, no hervíboros- le sobresaltó ella, que sigilosamente se había sentado en el último asiento de la fila.

Giró la cabeza con prudencia, pero no pudo aguantar la fatiga al verla y corrió dejando atrás aquella absurda pesadilla, aquella repugnante chica.

Pasaron dos noches en las que su conciencia le hizo ver cuánto la había denigrado.
Volvió a la semana, con las ideas más claras y un esquema trazado en la cabeza sobre cómo salvarla de aquel mundo y demostrarle que ella era mucho más que hongos y savia. Que pese a todo, para él seguía siendo la misma.
La niebla impregnaba la noche que fue a buscarla. La niebla impregnaba la noche que entró en el circo y se sentó a observar el espectáculo por segunda vez. Al ver que el show no comenzaba, se acercó al escenario, tropezándose en el camino con un brazo de bestia, con uñas largas como garras. En la mitad del camino una cabeza mantenía su mueca de terror. Al final, un cuerpo despedazado se hallaba abierto en canal por la mitad. La matanza había llegado a su fin. Todo el circo estaba impreso por el líquido marrón que ella emanaba, pero su rastro se perdía al adentrarse en el bosque.

La niebla impregnaba la noche que decidió suicidarse, colgado de un árbol.
La niebla impregnaba la noche que su cuerpo, después de haber expirado su último aliento, fue devorado por un árbol.







15-11-2007

sábado, 13 de agosto de 2011

*[Puntos de vista (A mi padre) ]*

Hoy es el cumpleaños de mi padre, día trece de agosto.
El año pasado le escribí una cosa que me gustaría compartir con vosotros:

Quieres hacerme ver
que la vida
es hermosa.
Que creer en las personas
vale la pena
y arriesgar por los ideales
-con prudencia-
es necesario.

Sólo en ocasiones
-cuando no lo consigo-
tengo miedo
de contaminar
el mundo de tus ojos
con lo podrido
de los míos.

Luego te miro
y consigo
entrever
parte de esa maravilla
en la que me dices
que vives.

Ahí mi pesadilla.
Porque el problema
que acarrea
admirar a alguien
como yo te admiro
está en no saber
qué hacer
para agradecerle
su existencia.

*[Summer Time]*


*[Shit love]*

La diferencia entre "tener sexo con alguien" o "to have sex with someone"
depende
de la nacionalidad del que te mira vestirte desde la cama.





viernes, 12 de agosto de 2011

*[Migraña moral]*

Me duele el hambre.
Me duele la sed,
pero aún más la carencia de ella.
Me duele la concatenación de acciones ajenas a mi decisión.
Me duele ser yo por no tener otra opción y no por el mero hecho de querer ser yo.
Me duele que los hombres se afeiten para aparentar seriedad.
Me duele que llevar tacones sea un privilegio exclusivo de mujeres.
Me duele  la carne.
Me duele que me miren por ser carne,
y aún más que vean lo que no es carne.
Me duele el nihilismo desenfrenado.
Me duele la pereza post-depresión,
el racismo post-moderno
y la constancia de los post-its.
Me duele el estrabismo de ideales
y el histrionismo de mis ideas.
Me duele que las noches estén condenadas al sueño
y los días al trabajo.
Me duele repetirme.
Me duele la mentira, no la verdad.
Me duele ser tan feliz cuando el mundo está sufriendo.
Me duele que el mundo sea feliz cuando yo estoy sufriendo.

Me duele saber que no hago nada.
Me duele querer hacer algo.
Me duele no poder hacer nada.

jueves, 11 de agosto de 2011

*[Zaz]*

Sumergida el otro día en una conversación bastante condimentada sobre música con un amigo de mi madre, acabamos creyendo dilucidar lo que son los parajes del Jazz, el Soul y su confluencia. Yo, ignorante, me agarré como a un clavo ardiendo a los clásicos. Él me mostró una maravilla.
Una chica francesa, a la que no he parado de descubrir desde entonces, llena de energía. Impacta.
Lo catalogaría como Nu-Jazz y Soul, pero como he dicho antes: si salgo del Jazz por excelencia me pierdo. Así que prefiero que juzguéis vosotros mismos:



Os pongo sólo una canción para no saturar. Hay otras buenísimas también, pero esta me parece muy representativa.

miércoles, 10 de agosto de 2011

*[Ellos.Yo]*

Ellos comen.
Yo miro.
Ellos beben.
Yo miro.
Ellos fuman.
Yo miro.
Ellos viven.
Yo miro.
Ellos mueren.
Yo vivo.

sábado, 6 de agosto de 2011

*[Monstruos de caramelo]*

En la oscuridad no se distinguen bien las sombras. Ese es el motivo principal que rige el miedo infantil a los monstruos de armario o de cama.

Estaba yo tapada con mi sábana, no sin cierta calor -era agosto-, mirando al techo y pensando en mis cosas cuando entró una brisa por la ventana moviendo a su paso las finas cortinas de mi balcón. Aunque al principio me pareció agradable un soplo de aire algo más fresco al poco tiempo empecé a extañarme por lo gélido en que se estaba tornando el viento. Podría abogar sin rodeos que aquel clima pertenecía a un mes más frío, como por ejemplo enero.
Me levanté, cerré el ventanal y me tapé, además, con la colcha. Habían pasado unos minutos, en los cuales Morfeo había tanteado ya mi somnoliencia y me estaba cogiendo en brazos, cuando un sonido me sobresaltó. Miré a un lado y otro y creí distinguir una forma inconclusa corriendo por el suelo de mi habitación y metiéndose debajo de mi cama. Me convencí a mí misma de que aquello habría sido una ilusión, que los monstruos no existen y que en la parte que comprendía el espacio entre mi somier y el suelo tan sólo habrían unas pocas pelusas que atestiguaran la pereza que me da agacharme cuando limpio el cuarto. Como todo se había calmado decidí reprenderme a mí misma por haberme comportado de esa manera. No se me ocurrió otro modo de demostrarme lo irracional del acto que metiendo la mano debajo de mi cama y comprobando, que efectivamente, allí no había ni rastro de presencias oscuras, ni seres deformes de alcoba, ni personajes de series animadas de Pixar. Pero no fue así: Al introducir los dedos tras la tela sobrante que colgaba de mis sábanas pude acariciar, sin duda, lo que era una superficie rugosa y viscosa que se movía e incluso, si te detenías a escuchar, respiraba con cierta dificultad.
Aparté la mano lentamente en un tembloroso ataque de pánico y me la acerqué a la cara para intentar ver o discernir qué era aquel líquido untuoso que se dispersaba por mis dedos. No pude observarlo, pero sí olerlo. Quiero decir que no me siento orgullosa de lo que voy a decir a continuación, no obstante es un requisito para el desenlace de la historia por lo que no me queda más remedio. Como el olor me extrañó, me acerqué el índice a los labios y lamí, sólo para comprobar que mis sospechas olfativas eran ciertas: Aquello sabía a merengue.
Suspiré, entonces, aliviada y me dormí plácidamente porque, ¿quién le tiene miedo a un monstruo que sabe a postre?