Cuatro paredes no son nada
si el viento arrecia.
Acaban volándose,
o mis sesos.
Me gusta estar sola
sabiendo que no estoy sola.
Escojo mi cuarto
a la compañía
confiando en que me perdonen
por verles subrepticiamente óbices.
La elección de quien no se sustenta
con cuatro esquinas descamisadas
o se siente poco amada
sin el amor que le proyectan
los otros
que son ella
que son cuatro vientos
una pared
mis sesos,
yo.
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