martes, 17 de julio de 2012

*[Esclava]*

Un cantautor con su guitarra en bicicleta, un flautista mago, un escritor frustrado y una holandesa que lleva ciento treinta días andando, desde su casa hasta el destino, son varios ejemplos de lo que te puedes encontrar en un camino, pero no es algo determinante. Aún así, puedes hacerte una idea de todo lo que hay ahí fuera, lejos de tu rutina, en un trayecto donde todos son errantes y se sienten algo solos. Vidas peculiares, como cualquiera y ninguna.
Y algo en común, un interrogante: "¿Tú por qué haces el camino?"
Tras la fachada de diversión y sacrificio se esconde, en la mayoría de los casos, la verdad. Un profundo deseo de cambio. O, lo que es lo mismo, de olvido.
Yo en ciento diez kilómetros he olvidado muchas cosas. Entre ellas que en un mundo donde la cordura fuese menos dolorosa y la locura menos placentera esos ciento diez kilómetros no habrían sido necesarios.