sábado, 24 de diciembre de 2011

*[Xmas Time]*

Llevo días intentando poner en orden mis ideas.
Todo el mundo quiere vislumbrar en sus ojos algo del espíritu navideño que me sobra. "Marina", dicen, "haznos entender tu ilusión por la Navidad". Parece que está de moda odiar la Navidad, ser el Grinch, gritarle a los niños que los Reyes Magos no existen, ir contra el sistema.
Me dicen, también, que ésta es una época triste porque no están con nosotros algunos a los que queríamos, o seguimos queriendo. No obstante, tampoco lo están el resto del año.
La Navidad es hermosa. Todo brilla. La luz y los colores te absorven, la comida es amena, abundante, variada, y está permitido hincharse a porquerías siempre que no rebases el peso de Papá Noel. La gente es simpática, las canciones son cálidas, las películas emotivas y los días, festivos.
Normalmente hace frío. Normalmente, porque aquí aún parece octubre. Puedes llegar a casa, tirarte con una leche caliente con canela y cacao y leer toda la tarde tapada con una manta. O arroparte con los que más quieres.
Los chalecos son de cuello vuelto y el dinero deja su prepotencia a un lado para convertirse en cajas envueltas con lazos brillantes. Los anuncios hacen llorar y las sonrisas vuelan.
La Navidad es mi periodo favorito del año, y sí, me han pasado cosas malas en estas fechas, pero no las asocio. Podrían haber pasado en verano también.  Nunca he dejado que nada ni nadie me amargue la inocencia que me embruja estos días.
Y dejo de escribir, que estoy desperdiciando minutos de exprimir mi Navidad.

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