sábado, 26 de marzo de 2011

*[Mimetización]*

Cuando se cansó de los tacones, los dejó en el alféizar de la ventana para que todos pudiesen ver cómo se habían desvanecido sus pretensiones de diva adolescente. Junto a los tacones dejó los vestidos incómodos que solía enfundarse cuando prefería que los otros estuviesen más pendientes de sus curvas que de su estado de ánimo. Encima de los vestidos apilados aparcó el carmín rojo con el que sellaba la promiscuidad en noches de aburrimiento, el lápiz que difuminaba sus lágrimas y el esmalte que recomponía lo marchito de sus uñas.
Con todo eso, y más, abandonó cualquier resentimiento hacia su superflua vida anterior y se calzó la integridad que había dejado cogiendo polvo en el armario durante los últimos años.
Al salir a la calle, nadie fue capaz de reconocerla.

2 comentarios:

  1. Y te cansas de ser como esperan que seas para renacer convertido en tu yo, sin complejos ni temores. Pero hay que ser muy duro para atreverte

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  2. Quien está seguro de sí mismo, no tiene que demostrar nada a nadie. Pero claro, eso se consigue con los años.

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