sábado, 15 de enero de 2011

*[Una clase aburrida]*


Mientras las aspas de ese ventilador giran
mis pensamientos se contorsionan.
Ya no puede verse con claridad
la idea que hizo surgir este todo.
He revivido ese olor, paseé por mi ciudad,
seduje a la felicidad y volví al lodo.
Comencé una canción, terminé un libro
y esbocé un cuadro en colores inexistentes.
En cada momento mi mirar esquivo
naufragó por la ventana, al Fuera latente:
El sentido de aquella sonrisa,
el motivo de aquel llanto;
la contradicción sin espanto
que inunda mi punto de vista.
Si vuelvo a la realidad, Dentro, no sin temor
puedo vislumbrar una charla estúpida,
distintos instrumentos, un lápiz por tambor,
la siesta de un atento oyente, conceptos que intimidan
y la simpatía de un pintor nobel haciendo caricaturas.
Sinceramente, no me atrae este mundo,
recojo los zumbidos de la magia que vuela,
bien escasos, no abundantes, no en tumulto,
si no acoplados a unas nuevas molduras.




/Septiembre/2009/

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