viernes, 15 de abril de 2011

*[Fácil de matar]*

Fíjate en ella.
¿No es propensa al asesinato?
¿No se antoja fácil de matar?
Tan pálidamente atravesable por un puñal
y con las faldas tan bajas,
como si quisiera ocultar la pelvis
el conato del nacimiento humano.
Fíjate bien. El cuello le nace muy arriba
dejando el pecho tan despejado...
¿No lo notas?
Huele a flores marchitas
como el pavo real desplumado
antes de presidir la mesa
con la mayor de las diligencias:
La delicia.
Un bocado de su pelo,
de su oro,
de su carmesí labio,
de su azul cielo.
¿No es la belleza pura?
La que estiman en los libros
la que pronuncian las rosas
la que somete a martirios y escarmienta azarosas
las mejillas de enamorados viriles.
La belleza antonomástica, sí.
Los dientes de marfiles.
La belleza pulcra, impoluta, inocente.
La belleza por belleza.
El despilfarro de grandeza
contenido en el cuerpo humano
¿No es ésa?
Afrodita la llamaron, seguro.
Por lo lozano
de su pecho,
lo altivo de su mano,
de su busto, lo grácil.
Una pena que tenga que morir
pero no encontré víctima más fácil.

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