jueves, 5 de diciembre de 2013

El azul duele, pero no es nuevo

Las uñas me duelen en un azul infinito
jirones de zafiro se precipitan por mi garganta.
Quizá pueda ver con otros ojos mañana
la luz que me ciega
esta noche.
Tú te vuelves opaco y robas mis óvulos como un Saturno despiadado.
Yo me escondo de tus encantos y tus asfixias, pero puede la bondad falsa
de tus ojos.
Las uñas duelen en un azul que no existe.

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