sábado, 3 de septiembre de 2011

*[Esto son sólo cosas que me pasan por la mente]*

Nueva York es la ciudad que nunca duerme, pues si a las siete de la mañana toda su población se pusiese en marcha se requeriría tal cantidad de electricidad que se produciría, sin remedio, un apagón general. Los taxitas no acuden a donde se les llama, pues es tal la cantidad de personas que requieren de sus servicios que les es preferente, tras dejar a sus últimos clientes, vagar sin rumbo hasta divisar a otros nuevos, que sería casi simultáneamente. La propina es una cultura establecida que suele rondar el diez por ciento de la factura, pues el salario de los empleados del sector servicio es tan bajo que de lo que viven, realmente, es de este aporte extra. A pesar de que estés en la planta más alta de tu edificio y el mundanal ruido no alcance tu habitación, se puede seguir apreciando un zumbido, de fondo, que indica que todo sigue ahí, que si sales encontrarás tiendas abiertas, coches pitando y gente comiendo por las calles, sea la hora que sea. Si te paras en medio de una calle cualquiera verás como todo tiene un por qué y todo se mueve hacia una dirección que, como las personas que siguen su cometido diario, es inevitable.

1 comentario:

  1. No podría tenerte más envidia, señorita! Gracias por pasarte por mi blog, y pásalo genial por tierras norteamericanas, difruta por todos los que no podemos ir!

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