viernes, 21 de junio de 2013

*[Solsticio de verano]*

Ayer tras ducharme se me quedó el pelo rizado. Creo que esos rizos auguraban el verano de hoy, el verano que todavía no es hasta que yo me relaje.
Este verano no se me antoja alegre, no se me antoja legendario. Más bien toma un cariz melancólico, a hojarasca de otoño, a gemidos desinteresados. Este verano viene con mucho miedo.

Tengo pánico a Inglaterra.

¿Qué haré si me enamoro de aquello? ¿Cómo soportar volver a España?

Yo no soy tan valiente.

jueves, 13 de junio de 2013

*[Le dedicaré mi ocio al suspiro]*

Qué bonito es aprender y qué tóxicas se me vuelven las letras. Me emponzoña el estómago este trasteo de asignaturas y exámenes.
Yo debería estar en Japón respirando. Haciendo la ruta 66. Descubriendo sexualidades imposibles en Tailandia. Escondiéndome en bosques suecos.
Me dijeron que Melbourne es muy bonita.

De qué me sirve tanto conocimiento si llevo casi 20 años encerrada en un escritorio y mirando por la ventana. Una ventana que nunca acaba y amenaza con la posibilidad de hacerse infinita, de hacerse eterno cristal.
Cuando termine de estudiar me centraré en el trabajo, en deslomarme para mantener un sistema que me tiene suspirándole al balcón. Le dedicaré mis ratos libres a la añoranza. Me contentaré con que el poco dinero que me sobra me permita llegar a la vuelta de la esquina.

Una vida es demasiado corta para existir y vivir a la vez.

viernes, 7 de junio de 2013

*[Falta]*

Cómo le digo yo que mi casa no es mi casa
si le amo.
Que paso frío y me duelen los cafés,
que echo de menos la familia que nunca tuve.
Cómo le digo yo que soy huérfana desde el útero,
que mi cordón umbilical nunca existió.
Ni las meriendas caseras ni las sábanas limpias
transmiten ternura
en esta casa sin amor.
Y ahora que conozco lo que puede surgir de la dulzura
no quiero secarlo con mis manos insanas
con mi pasado carente
con mi ausencia de cariño.